👑 Marie Antoinette: los desayunos de la realeza

En Marie Antoinette, las mañanas tienen otro ritmo. Aquí el tiempo no corre, se desliza suavemente entre el aroma del pan recién horneado y el brillo dorado del sol filtrándose por los ventanales. Desayunar se convierte en un ritual, en un acto de belleza cotidiana.

Inspirado en el esplendor de la corte de Versalles, Marie Antoinette rinde homenaje a los desayunos que alguna vez fueron privilegio de reyes, duquesas y soñadores. Pero esta vez, la corona es tuya. Cada detalle —la vajilla, las flores, la música— fue pensado para que sientas que estás viviendo un capítulo de historia… en pleno siglo XXI.

Nuestro menú de desayuno, disponible durante las mañanas de fin de semana, es una celebración de la pastelería francesa en su máximo esplendor. Desde el clásico croissant crujiente y ligero, hasta las tartas de frutas frescas, los pain au chocolat o las tostadas francesas, cada bocado es pura indulgencia.

Pero la experiencia no se queda en lo dulce. Todos los platos ofrecen el balance perfecto entre sofisticación y confort. Cada plato se acompaña con una bebida que eleva el momento: cafés de origen, tés florales o mimosas espumantes que despiertan el alma.

Más que un desayuno, lo que servimos es una pausa. Un respiro elegante en medio del caos de la semana. En Marie Antoinette, creemos que los pequeños lujos —como un café servido en porcelana o una conversación pausada— son los que hacen que la vida tenga sabor.

Las mañanas aquí se disfrutan entre risas suaves, copas que tintinean y un murmullo de elegancia discreta. Es el lugar ideal para una cita, una celebración íntima o simplemente un capricho para empezar el día con estilo.

Cada elemento de la experiencia —la decoración rosa empolvado, los detalles dorados, las flores frescas, el aroma de la mantequilla— está diseñado para transportarte. Queremos que, por un instante, olvides la prisa y te sientas parte de un cuento parisino.

Y así como la reina que nos inspira, en Marie Antoinette celebramos el exceso bien entendido: el placer de disfrutar sin culpa, de probar sin miedo, de hacer del desayuno un acto de amor propio.

Porque aquí no servimos comida: servimos momentos. Esos que merecen cámara lenta, sonrisa y un poco de azúcar glas sobre la vida.

Ven a probar los desayunos de la realeza. Vive una mañana en Marie Antoinette y entiende por qué, a veces, los placeres más sencillos pueden sentirse… majestuosos. 👑✨