Los clásicos de la cocina francesa que todo amante de la gastronomía debe probar
- Grupo Seratta
- hace 8 horas
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El brunch francés es una experiencia que combina la elegancia de un desayuno tradicional con la indulgencia de un almuerzo relajado. Aunque el concepto de brunch nació en Inglaterra, Francia lo adoptó y lo transformó, dándole su propio estilo: refinado, femenino, lleno de panadería fresca y sabores suaves.

El brunch en Francia comenzó a popularizarse en el siglo XX, especialmente entre artistas, escritores y parisinos bohemios que preferían comenzar el día más tarde. Los cafés de Montmartre y Saint-Germain-des-Prés se convirtieron en los primeros escenarios donde este ritual tomó vida, acompañados de croissants y café fuerte.
Uno de los elementos esenciales del brunch francés es la panadería: croissants, pain au chocolat, brioche y baguette fresca. Cada pieza está hecha con técnicas de laminado y fermentación que han sido perfeccionadas durante siglos. Es imposible pensar en un brunch francés sin la fragancia de mantequilla saliendo del horno.
La repostería también juega un rol fundamental, con tartaletas, éclairs y mille-feuille aportando encanto y dulzura. Estos postres representan la delicadeza y precisión que definen a la pastelería francesa, y son protagonistas en cualquier mesa de brunch elegante.
En cuanto a platos salados, destacan los huevos benedictinos al estilo francés, el quiche Lorraine, las ensaladas frescas con vinagreta de Dijon y los crêpes salados. Son opciones que combinan suavidad, técnica y sabores equilibrados.
El brunch francés también suele incluir bebidas como café espresso, chocolate caliente espeso al estilo parisino o jugos naturales. Aunque el champán y los mimosas son comunes en celebraciones especiales, aportando un toque festivo y sofisticado.
Hoy en día, el brunch francés sigue siendo sinónimo de relajación, indulgencia y arte culinario. En Marie Antoinette, lo transformamos en una celebración de la panadería, la repostería y los sabores auténticos de Francia, trayendo un pedacito de París a tu mesa.
